viernes, 19 de junio de 2009

Dictadura en el tercer mundo- Idi Amin en Uganda

Nacido en 1925 en la localidad de Koboko, Uganda, Amin perteneció a una familia musulmana de la tribu kawka. Luego, en 1946, se alistó en los Rifles Africanos del Rey, una unidad colonial del ejército británico. Su corpulencia –medía 1,90 mts- y también sus métodos de tortura hicieron que Idi Amin se destacara del resto de los reclutas. Durante las campañas llevadas a cabo por la colonia británica en Somalía, al norte de Uganda y Kenia, Amin demostró ser un soldado despiadado especialista en resolver conflictos armados, principalmente a través del uso de métodos represivos. Sin embargo, nunca se destacó por su inteligencia y por ese motivo, durante 50 años, no pudo pasar el examen para ascender a sargento.

Sus métodos de torturas fueron tan despiadados que, incluso, sus superiores británicos estuvieron a punto de llevarlo ante un consejo de guerra por las atrocidades, entre éstas la introducción de pañuelos en la garganta de los detenidos o la amenaza de amputación del pene.

La independencia de Uganda a manos de la corona británica facilitó el ascenso de Idi Amin al poder, teniendo como resultado la creación de una de las peores dictaduras del siglo XX. De la noche a la mañana se convirtió en mayor de un ejército ugandés formado por un millar de soldados y una treintena de oficiales británicos.

Entre traiciones y asesinatos…

Luego, en 1964, se produjo una revuelta en Zanzíbar que causó motines en los ejércitos keniano, tanzano y ugandés. Amin exigió la salida de los oficiales británicos y la subida de sueldo de los militares.

El Gobierno de Uganda, presidido por Milton Obote, aceptó las peticiones y ascendió a Amin al grado de teniente coronel. Dos años después, Amin agradeció a Obote el ascenso provocando la caída de la monarquía constitucional ugandesa. La relación era, en apariencia, buena, ya que Amin derrocó, en enero de 1971, a Obote.

Por esa época, Idi Amin había tenido, al menos, cuatro esposas, aunque la cantidad real de mujeres siempre fue silenciada por los organismos oficiales ugandeses. Su fama de mujeriego y su fuerte carácter hicieron que todas sus esposas lo dejaran, no sin antes correr el riesgo de represalias por parte de Amin, incluso hasta el asesinato.

En 1973, el mandatario ugandés implantó la poligamia y comenzó una campaña del terror contra los cristianos del país. Su fraseología era izquierdista, se presentaba como un enemigo de Estados Unidos y de Israel y atacaba el colonialismo.

Idi Amin fue un genocida muy similar en su manera de pensar a Adolf Hitler, quien, por lo demás, era uno de sus ídolos reconocidos. Por ejemplo, en 1972, expulsó del país a 70.000 asiáticos. Al año siguiente, mientras colaboraba con el ataque árabe contra Israel en la guerra del Yom Kippur, decretó diversas medidas de carácter antisemita y al menos 500.000 ugandeses fueron asesinados,-incluso se habla de un número mayor de víctimas.

Dentro de los antecedentes que existen sobre las barbaridades de Idi Amin esta la muerte de sus prisioneros, de quienes comía parte de sus órganos. Por este motivos el dictador se ganó el apodo de El Carnicero.

El país entró en una crisis económica, que no pudieron evitar los petrodólares de las naciones árabes amigas del dictador. En 1979 fue derrocado por una fuerza de invasión procedente de Tanzania, apoyada por disidentes ugandeses.

Consciente de su fracaso, abandonó el país y encontró un refugio dorado en Arabia Saudí, falleciendo en el 2003, una suerte de la que no pudieron disfrutar sus centenares de miles de víctimas. Amin vivió sus últimos días en el exilio con la suerte de la gran mayoría de los dictadores: tranquilos y sin un juicio por sus crímenes.

Ahora, el Séptimo Arte volvió a revivir su imagen de líder, aunque omite muchos detalles sobre su pasado oscuro como dictador de Uganda y asesino despiadado. Debemos recordad que los libros de historia recuerdan el período de Idi Amin como una de las peores dictaduras del siglo XX.

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