viernes, 19 de junio de 2009

Anastasio Somoza

Dictadura en el tercer mundo- Somoza en Nicaragua

Julio de 1979 columnas guerrilleras del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, se encuentran en ofensiva final para «derrocar» a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle. Los combates recrudecen en Estelí, León Chinandega, Masaya y en los barrios de Managua.

Poco antes de su partida Somoza se encontraba acorralado pero aún así está seguro del triunfo porque confía en el accionar criminal de la Guardia Nacional y la no menos asesina Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería, EEBI, encabezada por Anastasio Somoza Portocarrero «El Chiguín».

Evidentemente Somoza no quería aceptar que los guerrilleros a punta de metralla habían logrado avanzar con el apoyo del pueblo y que su derrota era cuestión de días u horas. Hasta ese momento «El Bunker» principal refugio de Somoza, era el único lugar dominado por el dictador.

Los combates continuaron, miles de compañeros cayeron en esta ofensiva final; la guardia se rendía ante la presión que se ejercía sobre Managua.

El 17 de julio de 1979 se conoce la noticia que Somoza «abandonaría» Nicaragua y que se establecería en EEUU. La noticia se transmitió a todo mundo a través de un cable de la agencia Prensa Asociada (AP), que encontró una rápida reacción en Miami, hogar de los cubanos gusanos donde el dictador tenía su base social.

Prensa Asociada informaba que los guerrilleros en Nicaragua estaban a punto de triunfar y que muchas de las ciudades más importantes, entre ellas, León estaban en manos del Frente Sandinista y que en Managua estaba lista la ofensiva final.

Periodistas de la cubanísima, emisora oficial de los cubanos gusanos en la Unión Americana, entrevistaron vía telefónica al dictador Somoza.

Antes de partir hacia Estados Unidos, el dictador Anastasio Somoza brindó sus últimas declaraciones en el aeropuerto de Managua. Voy a sentir mucho mi partida de este pueblo a quién tanto quise, a quién tanto amé y hasta la última sangre por el bienestar económico y el de todos los nicaragüenses, fueron las palabras del derrotado dictador Anastasio Somoza.

Ese día el dictador admitió que los guerrilleros ya habían entrado a Managua. Somoza huyó despavorido como cuando las ratas abandonan un barco que está por hundirse.

Los aires de libertad se sentían en toda Nicaragua, la guardia genocida se rendía poco a poco, pero había quienes pensaban que la guerra aún no había llegado a su fin.

Fue entonces que en medio de esa incertidumbre apareció en escena la figura de Francisco Urcuyo Maliaños, que vendría sustituir al dictador Somoza. Maliaños no duró mucho en el poder y en menos de 48 horas también tendría que abandonar apresuradamente la presidencia del país; La victoria del Frente Sandinista era cuestión de horas.

A su llegada a Miami Somoza ofrecía sus primeras declaraciones. ¿Se siente usted un hombre derrotado? fue la primer pregunta que le hicieron al dictador cuando llegó a Miami. El pueblo de Nicaragua no me ha derrotado, todavía puedo regresar y liberar a Nicaragua dijo en una de sus últimas entrevistas el dictador. Horas después el pueblo de Nicaragua estaría «celebrando el triunfo revolucionario».

Idi Amin en Uganda

Dictadura en el tercer mundo- Idi Amin en Uganda

Nacido en 1925 en la localidad de Koboko, Uganda, Amin perteneció a una familia musulmana de la tribu kawka. Luego, en 1946, se alistó en los Rifles Africanos del Rey, una unidad colonial del ejército británico. Su corpulencia –medía 1,90 mts- y también sus métodos de tortura hicieron que Idi Amin se destacara del resto de los reclutas. Durante las campañas llevadas a cabo por la colonia británica en Somalía, al norte de Uganda y Kenia, Amin demostró ser un soldado despiadado especialista en resolver conflictos armados, principalmente a través del uso de métodos represivos. Sin embargo, nunca se destacó por su inteligencia y por ese motivo, durante 50 años, no pudo pasar el examen para ascender a sargento.

Sus métodos de torturas fueron tan despiadados que, incluso, sus superiores británicos estuvieron a punto de llevarlo ante un consejo de guerra por las atrocidades, entre éstas la introducción de pañuelos en la garganta de los detenidos o la amenaza de amputación del pene.

La independencia de Uganda a manos de la corona británica facilitó el ascenso de Idi Amin al poder, teniendo como resultado la creación de una de las peores dictaduras del siglo XX. De la noche a la mañana se convirtió en mayor de un ejército ugandés formado por un millar de soldados y una treintena de oficiales británicos.

Entre traiciones y asesinatos…

Luego, en 1964, se produjo una revuelta en Zanzíbar que causó motines en los ejércitos keniano, tanzano y ugandés. Amin exigió la salida de los oficiales británicos y la subida de sueldo de los militares.

El Gobierno de Uganda, presidido por Milton Obote, aceptó las peticiones y ascendió a Amin al grado de teniente coronel. Dos años después, Amin agradeció a Obote el ascenso provocando la caída de la monarquía constitucional ugandesa. La relación era, en apariencia, buena, ya que Amin derrocó, en enero de 1971, a Obote.

Por esa época, Idi Amin había tenido, al menos, cuatro esposas, aunque la cantidad real de mujeres siempre fue silenciada por los organismos oficiales ugandeses. Su fama de mujeriego y su fuerte carácter hicieron que todas sus esposas lo dejaran, no sin antes correr el riesgo de represalias por parte de Amin, incluso hasta el asesinato.

En 1973, el mandatario ugandés implantó la poligamia y comenzó una campaña del terror contra los cristianos del país. Su fraseología era izquierdista, se presentaba como un enemigo de Estados Unidos y de Israel y atacaba el colonialismo.

Idi Amin fue un genocida muy similar en su manera de pensar a Adolf Hitler, quien, por lo demás, era uno de sus ídolos reconocidos. Por ejemplo, en 1972, expulsó del país a 70.000 asiáticos. Al año siguiente, mientras colaboraba con el ataque árabe contra Israel en la guerra del Yom Kippur, decretó diversas medidas de carácter antisemita y al menos 500.000 ugandeses fueron asesinados,-incluso se habla de un número mayor de víctimas.

Dentro de los antecedentes que existen sobre las barbaridades de Idi Amin esta la muerte de sus prisioneros, de quienes comía parte de sus órganos. Por este motivos el dictador se ganó el apodo de El Carnicero.

El país entró en una crisis económica, que no pudieron evitar los petrodólares de las naciones árabes amigas del dictador. En 1979 fue derrocado por una fuerza de invasión procedente de Tanzania, apoyada por disidentes ugandeses.

Consciente de su fracaso, abandonó el país y encontró un refugio dorado en Arabia Saudí, falleciendo en el 2003, una suerte de la que no pudieron disfrutar sus centenares de miles de víctimas. Amin vivió sus últimos días en el exilio con la suerte de la gran mayoría de los dictadores: tranquilos y sin un juicio por sus crímenes.

Ahora, el Séptimo Arte volvió a revivir su imagen de líder, aunque omite muchos detalles sobre su pasado oscuro como dictador de Uganda y asesino despiadado. Debemos recordad que los libros de historia recuerdan el período de Idi Amin como una de las peores dictaduras del siglo XX.

PINOCHET

Dictadura en el tercer mundo- Pinochet en Chile

Augusto Pinochet Ugarte ha sufrido un nuevo revés judicial después de que el Tribunal Supremo de Chile ratificara hoy su procesamiento por su presunta responsabilidad en varios crímenes en el marco de la llamada Operación Cóndor, convirtiéndose así en el primer ex dictador del Cono Sur en ser procesado por los crímenes cometidos por esa alianza regional de los aparatos represivos de seguridad que se propuso exterminar a los opositores de izquierda.

El fallo de la Sala Penal del Alto Tribunal ha sido dividido, por tres votos a favor y dos en contra del recurso de amparo que había sido presentado hace unas semanas por la defensa de Pinochet, está considerado histórico por partidarios y detractores del ex comandante en jefe del Ejército, de 89 años, quien pretendía impedir que se materializara una resolución del juez Juan Guzmán Tapia y eludir la acción de la justicia.

El pasado 13 de diciembre, el magistrado determinó que, a pesar de lo que afirman sus abogados sobre el estado de salud del ex dictador, Pinochet está en condiciones de enfrentarse a un proceso judicial, lo procesó y ordenó su arresto domiciliario bajo la acusación de ser el autor intelectual de nueve secuestros y un homicidio cometidos en el marco del Plan Cóndor, que involucró a los regímenes dictatoriales de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.

La decisión del Supremo, inapelable porque es en última instancia, se produce cuando Pinochet se recupera de un infarto cerebral y otras instancias judiciales en Chile y Estados Unidos investigan al ex general golpista por enriquecimiento ilícito, blanqueo de capitales y evasión tributaria, en causas que en los próximos días podrían significar que, por cuarta vez tras la caída de la dictadura que lideró en Chile, sea privado de su inmunidad judicial para enfrentar la ley como cualquier ciudadano que comete un delito.

El fallo ya estaba redactado desde ayer pero hoy se reunieron los jueces para afinar los últimos detalles del escrito, firmado por los magistrados Alberto Chaigneau, Milton Juica y Jaime Rodríguez Espoz, quienes inclinaron la balanza contra Pinochet al rechazar el recurso de amparo, y por Enrique Cury y Nibaldo Segura, que estaban a favor de aceptar la estrategia de la defensa del ex dictador.

El secretario del Supremo, Carlos Meneses, quien leyó a viva voz la decisión de los jueces a la prensa que se agolpaba en la sede del Poder Judicial, entre los detractores del ex dictador, dijo que los magistrados determinaron que, al revisar los antecedentes presentados por el juez, "se cumplen los requisitos que establece el Código de Procedimiento Penal para procesar al general Pinochet, o, mejor dicho, para rechazar el recurso de amparo".

El Supremo aceptó los argumentos de Guzmán, que consideró posible procesarle y descartar la teoría de la defensa, que señala que la demencia subcortical leve que padece el ex dictador lo inhabilita. El Alto Tribunal confió en la evaluación hecha por el juez, que usó como prueba una entrevista que Pinochet concedió a una televisión de Miami en 2003, con motivo de los 30 años del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende, y en la cual hizo gala de su lucidez, buena memoria, conciencia, humor negro y capacidad de comprensión.

El siguiente paso es que el ex dictador Pinochet sea notificado de que permanecerá bajo arresto domiciliario en su hacienda situada a las afueras de Santiago, hasta donde n funcionario judicial llegará a "prontuariarlo", es decir, a tomarle fotografías de frente y de perfil, así como una impresión de sus huellas digitales, con lo que quedará "fichado" como un procesado más.

EL MUNDO ESTÁ FELIZ

La noticia causó gran satisfacción de los abogados de la acusación y de los familiares de las víctimas. Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) aseguró: "Estamos felices, el mundo está feliz, porque sabemos que Pinochet no puede seguir viviendo en la impunidad. Los chilenos esperan que hoy se dicte su detención y algún día verlo en la cárcel".

Pizarro advirtió de que la defensa del ex general usará "cualquier artimaña" para evitar su procesamiento. "Seguramente los argumentos que van a esgrimir van a ser tan vergonzosos como los que uso cuando señaló que Pinochet está siendo víctima de violaciones a los Derechos Humanos. No importa. Nosotros hemos esperado 30 años y hoy tenemos a Pinochet posiblemente en la cárcel y esperamos que esa condena sea cumplida", dijo en medio de la euforia de los manifestantes.

Uno de los abogados de la parte acusadora, Hugo Gutiérrez, expresó su alegría por el hecho de que "por fin haya esta determinación de mantener procesado a Pinochet y que sea condenado en la medida en que se pueda". De la misma opinión fue el otro abogado querellante Eduardo Contreras, quien dijo que Pinochet "es un criminal y esta es la mejor prueba de ello".

DEFENSA ACUSA RETROCESO

En el otro lado de la moneda, el jefe de la defensa de Pinochet, el abogado Pablo Rodríguez, dijo que la decisión del Supremo es "un retroceso desde el punto de vista de los Derechos Humanos y una actitud "retrógrada" de los tribunales "en materia tan fundamental como el debido proceso". Añadió que la corte ha tenido una actuación contradictoria "porque al general Pinochet, por esta misma sala, se declaró que no tenía aptitud para intervenir en un proceso criminal, razón por la cual se le sobreseyó definitivamente en 2002".

Por otro lado, criticó que tres años después, "en 2005, cuando la situación desde el punto de vista de la salud del general Pinochet es mucho peor, se le considera apto para poder seguir en contra de él el proceso penal". Para el jurista, el Supremo "en esta sentencia de mayoría ha omitido un concepto fundamental, que es el relativo al debido proceso".

La defensa del ex dictador pretendía que el Supremo acogiera un recurso de amparo a favor de su cliente. Durante la dictadura, los familiares de los desaparecidos presentaron más de 24.000 recursos del mismo tipo, de los que sólo nueve fueron acogidos positivamente.

LA MONEDA

Por su parte, desde el Poder Ejecutivo, el portavoz de La Moneda, Francisco Vidal, afirmó que el Gobierno no comenta los fallos, tal como ha dicho en reiteradas ocasiones el presidente Ricardo Lagos, pero aseguró que con la sentencia de hoy "se demuestra que en Chile las instituciones funcionan".

"Pero más allá de eso, lo que tenemos que valorar como país es que la verdad y el respeto a las decisiones de los tribunales son acatadas plenamente, no obstante la persona de la cual estamos hablando que tuvo todo el poder en Chile durante 17 años. Y esa es una señal de que el Gobierno no prejuzga a instancias aún pendientes, pero que demuestra la solidez de las instituciones en Chile", añadió.

"Eso es lo que tenemos que rescatar más allá de la opinión que tengamos sobre el general Pinochet sobre un juicio político o un juicio histórico, más allá de haber sido opositores o adherentes a él. Lo que revela el fallo es que hay una solidez institucional importante e incluso en términos comparados, motivo de legítimo orgullo que un país pueda enfrentar su pasado, su verdad con justicia en un país absolutamente tranquilo, normal, en crecimiento y estabilidad", concluyó el ministro portavoz de La Moneda.

Guerra de la antigua Yugoslavia-Bosnia

La Guerra de Bosnia fue el conflicto internacional que sucedió en Bosnia y Herzegovina del 6 de abril de 1992 al 14 de diciembre de 1995. Fue causada por una compleja combinación de factores políticos y religiosos: exaltación nacionalista, crisis políticas, sociales y de seguridad que siguieron al final de la guerra fría y la caída del comunismo en la antigua Yugoslavia.

Al desintegrarse la ex Yugoslavia en 1991, con la independencia de Croacia y Eslovenia los líderes nacionalistas serbobosnios como Radovan Karadzic y serbios como Slobodan Milosevic se marcan como objetivo principal que todos los serbios -diseminados por las distintas repúblicas que componían Yugoslavia- vivan en un mismo país. En febrero de 1992, el pueblo de Bosnia-Herzegovina decide en referéndum su independencia de la República Federal Socialista de Yugoslavia, en una votación boicoteada por los serbobosnios.[1] La sección del Ejército Popular Yugoslavo en Bosnia-Herzegovina fiel al referéndum se organizó en el Ejército de la República Bosnia-Herzegovina (ARBiH), mientras los serbios formaron el Ejército de la República Srpska (VRS). En un principio los serbios ocuparon el 70% del territorio de Bosnia-Herzegovina, pero al unir sus fuerzas el Consejo Croata de Defensa y el ARBiH la guerra tomó otro rumbo y las fuerzas serbias fueron derrotadas en la Batalla de Bosnia Occidental. La participación de la OTAN, durante 1995 contra las posiciones del VRS internacionalizó el conflicto, pero sólo en sus etapas finales. La alianza bosniocroata ocupó un 51% del territorio de Bosnia-Herzegovina y llegó hasta las puertas de Banja Luka. Al ver peligrar su capital de facto los líderes serbios firmaron el armisticio y la guerra terminó oficialmente con la firma de los Acuerdos de Dayton en París el 14 de diciembre de 1995.[2]

La guerra duró poco más de tres años y causó cerca de 100.000 víctimas entre civiles y militares y 1,8 millones de desplazados, según informes recientes.[3] De las 97.207 víctimas totales documentadas, el 65% fueron bosnios musulmanes y el 25% serbios. Dentro de las víctimas civiles, el 83% correspondió a bosnios.